28 de septiembre de 2013

PFD y Ponfiel (71, 72, 73, 74, 75, 76 y 77)



         
Asesino
Pinté tu rostro de carmín, porque nunca tuviste sangre en tus venas. Lo pude comprobar de primera mano.

El pintor
- Antes de perfilar el dibujo y darle matices has de imprimirle vida para que fluya la energía y tenga vida propia.
- Sabes que no lo voy a hacer. No estoy dispuesto a que otra de mis obras me destruya la vida.

Blanco perfectamente camuflado
No hay dos sin tres, porque son seis. A nivel matemático todo cuadra, pero en el lienzo los trazos se superponen multiplicándose infinitamente hasta que la obra tiene el tono adecuado y el pintor admite tanto en su razón como visualmente que la obra está perfecta, sin que vean sus debilidades, porque sería ponerse en la diana. 

Desnudo
Hay que desnudarse ante el público cuando pintas. Pero lo tienes que hacer con gracia para que no surjan las comparaciones.

Obsesión
Se obsesionó tanto en llegar a la perfección absoluta que Dios lo quitó de en medio.

El curso de una historia
Dios creó a su imagen y semejanza al hombre y la mujer. Pero dejó un hilo por acabar de coser, el último toque de pintura, la capa de barniz. Desde entonces sus cuadros se destiñen cuando sus obras quieren volar más alto de lo que pueden. Y esas alas de pájaro se truncan en absurdidades, en banalidades que los pierden. Para comenzar, Adán cambió en el cuadro las nubes de lugar porque no le llegaban los rayos de sol. Y Eva al ser alérgica a las flores dio dos pinceladas pintando una serpiente. Y se inició el delito.

Monopolio
A partir de ahora cualquier obra que quiera volar más alto tendrá que pasar una serie de pruebas para cerciorar que tiene la calidad necesaria.
El dictamen fue elaborado por el mismo que firmaba obras con distinto nombre. El resto de creaciones eran rechazadas.

Textos: Ponfiel (blog: Cirujano de letras)
Fotografía: Jose Luis Rafael

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